textos sin contextos

ÉRASE UNA VEZ

In on abril 21, 2014 at 10:35 pm

Esta no es una historia de vencedores ni de vencidos. No. Tampoco es una historia de luchas y retos personales. No. Esta no es una historia de tiempos vividos, de tiempos invertidos o divertidos, tristes, realistas. No es esta una historia de compensaciones o recompensas, de lecciones, de olvidos, de ofensas, de promesas incumplidas. Para nada. No es esta una historia sobre la vida o la muerte, la suerte o las oportunidades perdidas. No es un historia en primera persona ni en segunda ni en tercera, ni de terceras ni de segundas personas. Esta historia no es una historia de volver a intentarlo ni una historia de no cometer errores de nuevo. No es una historia de monstruos ni de princesas, de magia o de realidades duras. Tampoco es historia de valientes idiotas, ni de cobardes eternos. Realmente es que esto ni tan siquiera es una historia ya…

A PRUEBA DE SUSPENSE

In on julio 10, 2013 at 10:10 am

Era el día del examen y yo apenas había dormido. Los nervios, las preocupaciones, las dudas de primera hora y las de última. Esa sensación de vacío ante el desconocimiento de lo que viene. Horrible, pero era el examen final. No hay más allá. Si apruebo obtendré la libertad y ¡oh! deseo tanto esa libertad…

Iba al examen con la certeza de no tener nada cierto. En otras ocasiones suspendí y con la inseguridad de no aprobar en otros momentos ni me presenté.

Pero esta vez era la ocasión ideal. Lo sé. Este es el examen que hay que aprobar y con nota.

Entro, llego justo a tiempo. El temario… Bueno, no hay temario. ¿No hay temario? ¡No! No existe un plan docente. La asignatura ha cambiado y los medios para evaluar son nuevos y desconocidos.

«Me lo sé», me repetía. «Yo puedo» me repetía. «Voy a suspender» me repetía. «No», me repetía…

Seré sincero, cuando me senté en mi sitio y saqué bolígrafo no tenía ni idea de nada. En desesperación ante la incertidumbre mantuve la idea de que lo mejor era improvisar con los conocimientos que de una forma innata sé. ¿Seré yo el temario? No sé.

Entregan las hojas. La persona encargada de dejar mi prueba sobre la mesa me roza la mano al acercarme el papel en blanco. «Buena suerte» me dice. La miro y medio sonrío. En mi cara una sonrisa cruza y rompe el nerviosismo como una piedra que cae a un estanque de tranquilidad, perturba, varía y luego desaparece si más dejando que los nervios vuelvan a apoderarse de mi persona.

Giro el examen, ha llegado la hora.

¡Caramba! Una prueba de fe…

FIRME AQUÍ

In on julio 9, 2013 at 1:50 am

Sobre la mesa un papel con mucha letra y en lo más alto se lee en mayúscula la palabra «CONTRATO».

Nos sentamos y yo comienzo la lectura de mi parte correspondiente. En letra normal la letra normal. Debajo, como era habitual en estos lugares, la letra pequeña más abundante.

«FIRME AQUÍ: ________» ponía donde la letra normal. Únicamente esto. De resto todo lo demás hasta completar el folio era letra pequeña, y en ella se podía leer lo siguiente: