textos sin contextos

FIRME AQUÍ

In on julio 9, 2013 at 1:50 am

Sobre la mesa un papel con mucha letra y en lo más alto se lee en mayúscula la palabra «CONTRATO».

Nos sentamos y yo comienzo la lectura de mi parte correspondiente. En letra normal la letra normal. Debajo, como era habitual en estos lugares, la letra pequeña más abundante.

«FIRME AQUÍ: ________» ponía donde la letra normal. Únicamente esto. De resto todo lo demás hasta completar el folio era letra pequeña, y en ella se podía leer lo siguiente:

«Con la firma de este contrato aceptas las siguientes condiciones y son: 

1 Compartirás tus alegrías, tus logros, tus triunfos. Harás partícipe de ellos a la persona que firma contigo. Tus alegrías serán sus alegrías. Sus alegrías serán las tuyas. Y sobre todo, vuestras alegrías no serán de nadie más que de vosotros. Juntos.

2 Compartirás tus penas, tus fracasos, tus caídas. Buscarás el apoyo que mereces en la persona que firma contigo. Tus penas se irán con ella. Sus penas se irán contigo. Juntos. Codo con codo. Y sobre todo, vuestras penas verán fin justo antes de empezar. Juntos.

3 Descubrirás tus límites, tus ambiciones, tus miedos. Los saltarás, las sanarás, los vencerás. Tienes a la persona que firma contigo dispuesta a todo para ayudarte a superar y deseando que le ayudes a superar. Uno por el otros. El otro por el uno. El todo por el todo. Juntos.

4 Aprenderás a mirar, a observar, a querer. Despojados los miedos solo queda sentir valor para dejarse aprender. Preguntarás, rectificarás y evitarás caer en la ignorancia de no conocer a quien firma contigo. En tu mano está la pregunta y en su persona está la respuesta. Combinadas como merece ser está la solución al misterio del bienestar conjunto. Juntos.

5 Tendrás paciencia, las prisas no son buenas, el tiempo no existe. No corras sin mirar atrás. No es una carrera personal y a veces la persona que firma contigo no sigue tu ritmo. Es bien seguro que si fuese al contrario ella esperará por tu paso. Aún así, si han de correr que así sea. Juntos.

6 Desea, pervierte, seduce. Nunca dejes de seducirla, no la olvides, no dejes de mirarla con deseo. Mantén la mirada lasciva que la ruboriza por fuera y la mantiene viva por dentro. Es tu fruto de deseo y tu eres la semilla del suyo. Que broten los fuegos y nunca apagues la luz del todo. Mírala siempre. Ella te devolverá la mirada. Cerrad los ojos sin dejar de mirarse con deseo. Juntos.

7 Abre la mente. Todo lo que conoces era de una forma hasta que la conociste a ella. Ahora simplemente déjate llevar con ella hacia una mentalidad nueva, ni mejor ni peor, solo diferente. Entiéndela, admírala, disfrútala, y si es oportuno incluso compártela. No perderás tu mentalidad. Solo enriqueceréis la vuestra. Juntos.

8 Quiérela. Quiéranse. Juntos.»

Y así concluía la página.

Tú como siempre habías leído la tuya mucho antes que yo, pero te mantuviste inmóvil, esperando…

Su página era diferente. Sin saber cómo o cuántos puntos contenía, ni el contenido exclusivo de cada cláusula, sabía que debía ser diferente. Es un contrato personal. No somos iguales. Pero ambos nos miramos y sonreímos.

Y firmamos.

Nos incorporamos y nos disponemos a salir al exterior. Tú me agarras la mano suavemente. Entrelazas tus dedos con los míos. Yo sonrío, es decir, sigo sonriendo.

Salimos juntos del banco. Sobre nuestras cabezas reza el cartel del comercio. «Banco de Felicidad». A la derecha una placa lila sobre la pared.
En ella, en letras blancas muestra «Nuestro Boulevard».

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